Tras varios días de crisis, tensiones internas y errores que surgieron desde los propios despachos de la Casa Rosada, Alberto Fernández aceptó conformar una mesa política para recuperar la iniciativa política.

Las últimas semanas fueron difíciles para el gobierno. La segunda ola de covid mostró el rechazo de los argentinos a mayores medidas restrictivas. Los mensajes de Alberto generaron revuelo y varios días después el propio Presidente seguía explicando lo que había querido decir en sus intervenciones públicas.

Reaccionó Guzmán: "Nosotros seguimos la línea de nuestro Presidente, que es la línea sana"

En ese contexto, el fallo de la Corte respaldando al Jefe de Gobierno porteño en la pulseada por las clases presenciales fue un cimbronazo. Y luego llegó la crisis interna por las tarifas donde albertistas y kirchneristas dejaron expuestas las profundas diferencias y tensionaron al máximo a la coalición de gobierno.

El Presidente busca ordenar todo ese caos y para eso aceptó conformar una mesa política que estará integrada por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; Juan Manuel Olmos, un histórico dirigente del PJ porteño y jefe de asesores del Presidente; el ministro del Interior, Wado De Pedro; el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello, y el ministro de Defensa, Agustín Rossi.

Las últimas semanas fueron difíciles para el Gobierno. La pelea por el cierre de las escuelas con Larreta y la crisis con el kirchnerismo por el aumento de tarifas, encontraron al Gobierno con un mensaje y una respuesta política desordenada. El núcleo duro del albertismo quiere recuperar cierto orden.

La idea es contar con un espacio que ordene un poco los mensajes del Presidente y también algunas decisiones políticas. Es decir, lo que se dice y lo que se hace. Desde el gobierno confían que la crisis entre Guzmán y Federico Basualdo fue un error que podría haberse evitado, más allá de las diferencias técnicas y políticas que existen entre esos dos actores sobre el tema y que no son nuevas.

El nuevo espacio buscará adelantarse a los acontecimientos, lograr un análisis de los hechos y trazar cursos de acción.

Uno de los puntos que se vienen conversando en esa mesa es la reacción del gobierno tras el fallo de la Corte sobre las clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires. Se habló de que la reacción de Cristina Kirchner, pegándole a los miembros de la Corte incluso podría haber sido contraproducente para la propia vicepresidenta de cara a sus problemas judiciales.

El objetivo de la mesa es que Alberto recupere la iniciativa. Algo de eso se pudo ver este viernes donde el presidente realizó un anuncio concreto respecto de un refuerzo de la ayuda social y apuntó a los empresarios por la suba de la inflación.

Desde el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada, el Presidente fue crítico con el sector privado que maneja el rubro alimentario y pidió a los empresarios que hicieran un "esfuerzo" por los que menos tienen.

Desde el gobierno reconocen igual que ordenar al Presidente es difícil. Se sabe de su afán por ser espontáneo y por esquivar cuidados y recetas comunicacionales, y los problemas que eso viene generando. Pero el objetivo será contenerlo, desde lo político.

Rossi cruza a Bullrich por la radarización y se confirma su centralidad en el gabinete

Un dato importante es la figura de Agustín Rossi en esa mesa política lo que confirma la creciente centralidad del ministro de Defensa en algunas decisiones del gobierno.

Desde el Frente de Todos aseguran que es el ministro "más político" con el que cuenta Alberto. Además, destacan que su figura fue de menos a más y además de elogiarle la gestión, se valora su ductilidad para hablar ante los medios en los momentos más complicados, un arte que no todos los funcionarios manejan con precisión.

De hecho, en medio del escándalo del "vacunatorio VIP", que le costó el cargo a Ginés González García, Rossi entregó un par de líneas sensatas: "Hay que pedirle perdón al pueblo argentino y de ahora en más, hay que trabajar con absoluta transparencia".